Un espectáculo de Compañía Teresa Navarrete
Creación e interpretación
Teresa Navarrete, Miguel Marín, Nando Pérez
Composición musical, diseño de espacio sonoro y directo.
Miguel Marín
Diseño de iluminación
Nando Pérez / Toni Gutiérrez
Diseño de espacio escénico
Compañía Teresa Navarrete / María Meler
Textos
Teresa Navarrete, Miguel Marín, Nando Pérez y fragmentos de obras de otros autores
Diseño gráfico
María Meler
Fotografía y Vídeo
Sabbia Films / María Meler
Colaboración musical
Sara Fontán / Bjort Runarsdottir
Distribución
Compañía Teresa Navarrete


Una producción de Compañía Teresa Navarrete y Gestora de Nuevos Proyectos
Con el Apoyo de Mes de Danza-Transforma Producción Cultural.
Un proyecto en colaboración con Junta de Andalucía-Consejería de Cultura y Diputación de Córdoba-Cultura.

Espacios de residencia. Endanza Espacio Vivo, Sala Central Lechera, Baluarte de la Candelaria, Conservatorio Profesional de Danza de Cádiz, Sala Museo San José de la Rinconada, Happy Place.

Compañía Teresa Navarrete es miembro de la Asociación de Profesionales y Compañías para el Desarrollo de la Danza en Andalucía -PAD-

Trailer espectáculo: http://www.youtube.com/watch?v=62-Xoz8bRfM

miércoles, 27 de octubre de 2010

Material de trabajo. 1ª Fase

Estos textos son puntos de partida y referencias que se utilizan explícitamente o bien concluyen en otros textos de autoría propia, así como en modelos de abstracción de cara al encuentro de pautas de movimiento y otras líneas conceptuales de la pieza.



Harold ya ha ascendido por el estado de Florida para entrar en el de Georgia, traspasarlo, llegar al de Alabama, seguir corriendo hacia Kansas, Colorado, Dakota, Montana, y llegar a Cánada. 108.007 km y aún no se ha detenido. Comienza a constituirse en un fenómeno mediático. Los reporteros que quieren entrevisarlo tienen que harcelo en marcha, porque mientras descansa, por las noches, ni admite preguntas ni quiere ser molestado. Existen muchas especulaciones acerca de cuándo se detendrá. Diferentes gremios se lo rifan: los comentaristas deportivos afirman tenerlo como el más importante ultramaratón man de la historia del deporte; los artistan dicen que nada tiene que ver con el deporte y que es el más genial renovador del Land Art; los ecologistas, que ni una cosa ni otra porque en sus pretensiones ni alberga batir marca alguna ni registrar en documento gráfico su carrera, sino que es un canto al desplazamiento no contaminente. Por su parte, la facción ecologista de Al-Qaeda dice ser la legítima representante de Harold en el mundo entero y anda en trámites para comprar sus derechos de imagen ya que este corredor no participa en la tecnofilia occidental, viaja con lo puesto y, sobre todo, en su frenética carrera hay una clara intención de huida de los Estados Unidos de América, origen del Mal por antonomasia. Ahora, tras 3 años corriendo a razón de 40 km diarios, ha llegado a Alaska, donde no le quedará más remedio que dar media vuelta y tirar de nuevo hacia el sur. Desde el coche de una televisión local le preguntan el porqué de tal carrera, y él responde. Cuando me divorcié me quedé hecho polvo, dejé la medicina y me largué a vivir a Miami. A los pocos días de instalarme fui al supermercado y compré una caja de Corn Flakes, la tradicional, y cuando llegué a casa vi que la fecha de caducidad de esa caja era exactamente la del cumpleaños de mi ex esposa. Volví al súper y pedí todas las cajas de Corn Flakes que tuvieran en stock con esa fecha de caducidad. Aparecieron al día siguiente con medio camión. Las acumulé en el garaje y llegué a la conclusión de que tendría que comérmelas todas a fin de expiar el fantasma de mi mujer: si me comía todas las cajas que caducaban el día de su nacimiento era como si sólo al terminarlas pudiera darse por finalizada nuestra relación, y sólo así todo apego melancólico y sentimental se esfumaría. Cada vez que masticaba destruía una caricia, un gesto, una agresión, todo: actos que en otro tiempo habían consolidad lazos entre ella y yo. Y me puse a jugar al tenis de videoconsola y a comer sin parar, hasta que un día, tras 3 años y medio, las cajas se terminaron y compendrí que era libre.”

(Agustín Fernández Mallo, “Nocilla Experience”)





No pensamos demasiado en las escaleras. Lo más bonito de las casas antiguas eran las escaleras. Y son lo más feo, lo más frío, lo más hostil, lo más mezquino de los edificios de hoy en día. Deberíamos aprender a vivir mucho más en las escaleras. Pero ¿cómo?”

(George Perec,“Especies de espacios”)






El horizonte no existió hasta que una persona se interpuso entre él y el siguiente horizonte; la silueta humana vertical sobre la horizontal definió la primera encrucijada, el elemental cruce de caminos que persiguen el cocinero al tirar las croquetas al aceite hirviendo, dos hombres de negocios que se estrechan las manos y cierran un trato, el matemático que ensaya un signo igual entre dos ecuaciones. Hasta ese momento el horizonte era atemporal, ingénuo y neutro, por eso los aviones, que carecen de él, cuando vuelan parece que no pesan y van derechos de una nada a otra nada, en un tiempo sin imagen en su correspondiente espacio, por eso las burbujas de agua mineral inauguran su propio horizonte en su ascender vertical hasta que el agua se congela y en estado fósil quedan atrapadas.”

(Agustín Fernández Mallo, “Nocilla Experience”)






(...) La incapacidad para recordar tal vez sea en sí misma una forma de memoria. Vivíamos sin nombres. Había ciertas fuerzas elementales -el calor, el frío, el dolor, el cariño- que eran reconocibles; y también algunas personas. Pero no había ni nombres ni verbos. Incluso el primer pronombre personal era más el desarrollo de una convicción que un hecho. Y debido a esa carencia no existían los recuerdos (como algo distintivo del funcionamiento de la memoria).
Alguna vez hemos vivido esa experiencia de la ausencia de la palabra; una experiencia sin remiendos, en la que todo es continuo. El sueño último de un lenguaje ideal, un lenguaje que lo diga todo simultáneamente, empieza, quizá, con el recuerdo de ese estado carente de recuerdos.”

(John Berger, “Y nuestros rostros, mi vida, breves como fotos”)





(...)
ESCOITAS? ESTOU NUNHA CABINA.
Si, ben.
Non, nada.
Chovía no autobús.
Só hai un bar.
Si, teño moedas.
De verdade? Tamén eu. Non, aínda non se corta.

SÍ, SIGO AQUÍ.
Non, non estaba pensando.
Escoitaba, iso é todo.
Non sei que dicías. Escoitaba.
Non, non é un libro.
Son as follas da guía.
Sabes cal é o prefixo de Ras-Al-Khaimah?
Marcas o 07, máis 971 e logo 77 e un número ao chou
e xa podes falar con alguén en Ras.
Non, non é que non te escoite.
Escoito, só quero escoitarte.
Pero non me preguntes o que dis.
Non podo facer dúas cousas ao mesmo tempo,
entender e pensar en ti.
Qué fácil é falar con calquera lado.
Non, non cortes por favor.
Se colgas,
chamerei a Ras-Al-Khaimah
ou a calquera lado.
Mentres ti falas, non teño frío.

ÉL ERTA FORTE E FEBLE
como un marine ianqui.
Ela, fráxil e invencíbel
como unha guerrilleira do Vietcong.”


(Manuel Rivas. MIL.”Ningún Cisne”)








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